Discurso de nuestro presidente, Mario Vargas Llosa, en la inauguración de la V Bienal Mario Vargas Llosa. 25 de mayo de 2023. Guadalajara, México

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Sr. Rector de la Universidad de Guadalajara

Sra. Directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

Distinguidas autoridades de la Universidad de Guadalajara y de la Fundación de la Universidad de Guadalajara

Queridas amigas y queridos amigos:

 

       Es un honor y un orgullo inaugurar, una vez más, la Bienal de Novela que lleva mi nombre en esta sede amable y acogedora que ha hecho tanto por la cultura -y la literatura en particular- en el ámbito de nuestra lengua, y que desde hace muchos años nos recibe para celebrar un encuentro del más alto nivel, en el que participan escritores y críticos venidos de ambos lados del Atlántico y que culmina con la premiación de la novela elegida por un jurado de gran prestigio. Agradezco de antemano tanto al jurado por su dedicación y esfuerzo como a los autores que nos acompañan, en particular a los finalistas del galardón que entregaremos el próximo domingo.

         Este año, como todos sabemos, no todo es celebración y alegría. Hace pocos meses nos dejó Raúl Padilla López, a quien tanto debemos la Universidad de Guadalajara, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y, por supuesto, la Cátedra que lleva mi nombre y que ha convocado esta Bienal. Raúl fue uno de los grandes promotores culturales de nuestro tiempo, un visionario que convirtió a Guadalajara y a Jalisco en una capital literaria y cultural de nuestro idioma, fundando y presidiendo la feria literaria más importante de lengua española y la segunda del mundo, después de la Feria de Fráncfort. Pero la importancia de la feria que Raúl Padilla impulsó rebasa ampliamente el ámbito de nuestra lengua, como lo demuestra el hecho que entre los países invitados hayan estado en años recientes naciones europeas, asiáticas y del Medio Oriente.

         Gracias a su visión, su tenacidad, su capacidad para movilizar recursos, convocar personalidades y atraer a los mejores colaboradores, como lo prueba la notable gestión de Marisol Schultz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Padilla fue capaz de instalar a su ciudad en el centro de la cultura universal. Uno de los beneficiarios de todo ello fue, precisamente, la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, que él se propuso traer a Guadalajara y que desde hace ya muchos años se realiza puntualmente aquí, con un gran éxito de convocatoria, de público y de realización. Me alegra mucho que el Festival Escribidores que organiza la Cátedra cada año en la ciudad de Málaga le diera hace pocos meses el Premio a la Gestión Cultural.

         El mejor homenaje que podemos rendirle a Raúl Padilla es prolongar su obra, como estoy seguro que él lo querría, dándole a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara todo el respaldo que merece y asegurando su continuidad y, si cabe, 

su expansión. La presencia de nuestra Bienal en este marco es también una manera de simbolizar la continuidad de su obra, ya que fue él quien originalmente nos invitó, con esa insistencia y capacidad persuasiva que todos le conocíamos, para que organizáramos aquí nuestros encuentros cada dos años. Echaremos de menos su presencia y su personalidad arrolladora, esa fuerza de la naturaleza que hacía de él un ser excepcional, pero podemos consolarnos sabiendo que todo aquello que hizo posible goza de plena salud.

         La Bienal tiene lugar este año en un mundo convulso, incierto, sacudido por guerras y amenazado por diversos autoritarismos, y en una América Latina donde el populismo, la demagogia, el estatismo, la intolerancia y el extremismo ideológico están causando mucho daño. Algunos países, como el mío, han podido librarse, por fortuna, del zarpazo dictatorial gracias a que, como lo anticipamos tantas veces muchos de nosotros en la campaña electoral de hace dos años, el Presidente Castillo, hoy preso, pretendió destruir la democracia desde el poder. Otros países, como el Ecuador, intentan evitar que las fuerzas retrógradas y oscurantistas del pasado encarnadas por el prófugo Rafael Correa y otros vuelvan a apoderarse del Estado, pero hay muchos que ya están en manos de líderes autoritarios de los que costará tiempo y esfuerzo librarse. En muchos casos esto se da por culpa de votantes que no supieron medir las consecuencias de sus preferencias, y en otros por actos de fuerza o circunstancias que torcieron la voluntad popular. En todo caso, la realidad es que, en América Latina, nuestro ámbito geográfico inmediato, la libertad no pasa por un buen momento y frente a ello una respuesta necesaria es la afirmación de la cultura. De allí que encuentros como el nuestro no tengan una connotación puramente literaria. Son, por supuesto, eventos esencialmente literarios, pero en la medida en que la literatura y la cultura en general son un espacio de libertad, nuestro encuentro también es una defensa de aquellos valores que en el actual contexto latinoamericano están tan venidos a menos. Me alegro, por cierto, de que la Bienal sirva también para recordar a los presentes la importancia de que la cultura de la libertad pueda reinar plenamente en México, país donde ha soportado en años recientes amenazas y desafíos muy duros.

         Más allá de América Latina, no sólo los autoritarismos y guerras imperialistas amenazan la libertad y la cultura. También la deformación académica que ha dado en llamarse “cultura de la cancelación”, esa especie de dictadura del pensamiento único que impide hoy en la universidad, los medios de comunicación y las redes sociales el libre intercambio de ideas en nombre de la corrección política y el fanatismo identitario. Una dictadura que no sólo ejerce la censura contra el pensamiento y la cultura contemporáneas, sino que pretende abolir el pasado, alterando o prohibiendo libros, cuadros y otras expresiones culturales que forman parte del legado de nuestra civilización desde hace siglos. Frente a todo ello nos rebelamos también en esta Bienal que es un ámbito donde debe reinar la plena libertad, sin complejos.

         No quiero extenderme más. Agradezco otra vez a todos los participantes y al jurado su presencia en la cálida Guadalajara, y a nuestros anfitriones su generosidad. Deseándoles a todos mucho éxito en las jornadas de los próximos días, declaro inaugurada la V Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.  

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